Ainda que esta semana nos centramos na Presentación da CNT, non podemos olvidar outras cousas importantes. No campaña contra a SGAE e a súa denuncia, convocouse unha manifestación diante da súa casa-palacio de Madrid. Non tedes máis que ver o video para saber como foi.
Os compañeiros do Ateneo quiseron continuar os nosos pasos e facer a súa presentación en Betanzos, contando con Lucio Uturbia. Parece que van esperar uns días pero nos invitan a ir a Ferrol onde sí que teremos a Lucio, o albanel anarquista.
E como estamos facendo amigos. Un veciño e amigo desta páxina nos din que sería para èl un honor que foramos nós os primeiros en publicar este texto que nos remite. E facemolo porque nos gusta e aquí imos participar todos.
Cumbres borrascosas
No hay más excusas, señores: la economía mundial se cae en picado. El capitalismo está moribundo, andando por el mundo pidiendo una cura rápida y eficaz a todos los políticos, aunque sea a base de socialismo (no olvidemos esas últimas socializaciones de la banca del lado de los States). Quizás por su ineptitud, quizás por cuestiones de cerrazón mental, quizás, quizás, quizás; pero ninguno de ellos es capaz de aportar una solución al problema que nos aqueja desde hace unos años: los precios por las nubes, los salarios por los suelos, y ni bajan los precios ni suben los salarios. A un servidor esto le suena a germen de Revolución. Hacía mucho que no había tanto movimiento sindicalista, tanto movimiento de protesta contra las medidas que adoptan los gobiernos ante la temida “CRISIS”.
Y es que dicha palabra es capaz de poner tenso a cualquiera con sólo resonar en nuestros tímpanos. Nuestra moral se tira por el acantilado de la desesperación y no podemos evitar soplar de resignación o encendernos contra el concepto, echando las culpas sobre quien sea (ya sea Zapatero, la burbuja inmobiliaria o la Bruja Lola). Pero no dejamos de tener razón. La culpa de esta maldita crisis la tiene el sistema económico que muchos decidieron adoptar para todo el mundo. El capitalismo es un sistema parásito: lo alimentamos con nuestro trabajo, hacemos que crezca con nuestro consumismo exacerbado y, a pesar de todo, no nos produce felicidad en ningún momento. El porqué es obvio para cualquiera que sea parte de esta sociedad. Nuestro trabajo no es gratificante en el 80 % de los casos y no se ve suficientemente recompensado en relación con los precios que encontramos en el mercado de hoy en día. Las empresas están volviendo a la mentalidad capitalista antigua de sacar beneficios a toda costa, incluso si conlleva falta de seguridad o desmotivación laboral. Pero ya lo han dicho los economistas: el capitalismo es un sistema cíclico y a todo tiempo de bonanza le sigue una recesión en la crisis.
Aunque, a decir verdad, los economistas no contaban con factores externos al modelo económico. Es preciso decir que no se dejará pasar otra oportunidad de cambio. Ni el comunismo ni el anarquismo ni ningún movimiento contrario al sistema capitalista (ya sea de izquierdas o de derechas) se quedarán quietos en esta ocasión. Sólo queda saber quién ganará. Alea iacta est, compañeros. Las ideas han sido difundidas a todas partes, los corazones están ávidos de cambio y acción, cada vez es mayor el sentimiento de disconformidad y de que el “estado de bienestar” está empezando a “molestar”. Ahora sí está en nuestras manos el que ese capitalismo al borde del abismo caiga definitivamente y sin remedio y no vuelva a levantarse, ya que todos los pilares del Capital se están tambaleando y nadie es capaz de parar el temblor.
Cumbres del G8, del G20, cumbres ibéricas, europeas y las de San Quintín. Cumbres y más cumbres y nadie llega a ninguna conclusión. Todo el mundo hace cumbres y se dedican a hacer aspavientos ante la borrasca de proporciones épicas que se les viene encima. Todo el mundo reflexiona y saca sus conclusiones. Pero nosotros podemos traer ese ansiado anticiclón y dar un mañana a la humanidad. Sólo tenemos que esperar… y actuar.
Diego Salgado Travanca.
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